Brasil nos necesita.
¿Será?
No olvidemos que en Brasil seguirá andando el golpe contra la democracia y Dilma por los carriles de la burocracia jurídica nacida de la última dictadura en el Brasil con la complicidad de los mismos partidos políticos y sectores empresariales, comerciales y banqueros de ahora.
Es una obligación moral de ciudadanos ilustrados de cualquier lugar del planeta defender la democracia y el respeto a 54 millones de ciudadanos a los que hoy secuestran su voluntad facinerosos coaligados después de ser minoría por libre decisión popular.
Darles un día, un minuto de tregua a la cuadrilla religiosa – narco política que asaltó el gobierno es ser más que ser cómplices, es ser cobardes políticos de su misma calaña.Esta misma mujer siendo una muchachita, tal vez en el año 64, cuando abrazaba otros sueños, se defendió cara a cara y derrotó a sus torturadores.
En aquella época, al pie del patíbulo como muchas otras y otros, no podía imaginar que algún día sería la presidenta del país de mayor influencia de América del Sur y debería volver a enfrentarlos después de haber recogido 54 millones de votos en las urnas.
Sólo una mujer que lucha por el futuro y no esquiva el presente, se hace merecedora de toda nuestra solidaridad y me hace pensar e imaginar cuántas otras mujeres uruguayas hoy podrían llevar la honrosa bandera de ser presidentas. Como Dilma superaron con creces las pruebas en la tortura, la clandestinidad, la cárcel, sufrieron y no dejaron de vivir con una sonrisa en los labios de quienes están convencidas, de las que saben que la “era está pariendo…”. Ahí están, hablen con ellas.
Me quedo, como una esperanza, con lo que la presidenta dijo, seguirá peleando por todos los medios legales para recuperar la voluntad popular.
Yo le creo, asumo como cosa propia la lucha de esta mujer, como uruguayo, como latinoamericano, antimperialista, internacionalista.
No tengo lugar para la indiferencia y no quiero ser parte del coro que a todo le encuentra una explicación desde la comodidad libresca, soslayando la distancia entre los dignos a ser defendidos de los contumaces indignos.
Este golpe de estado en Brasil.
Es un golpe a todo el continente, a toda CentroAmérica y el Caribe y comprometedor en lo inmediato para países de sur como Uruguay.
Muchos, con los mismos intereses de los Macris y los Timer ser resfregan las manos creyendo ver llegar su oportunidad revanchista.
Sin dudas que los mismos o parecidos vendrán por otras democracias que no son de su paladar.
Vendrán por otros presidentes si no somos capaces de acumular y revertir la embestida de la nueva estrategia golpista, religiosa-neo liberal a otros estados del continente.
Está en proceso la desestabilización desde hace rato en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay y otros tampoco serán la excepción.
La historia enseña a quienes quieran aprender, si se repiten la dosis vienen en plato hondo.
Las primeras impresiones públicas de los políticos de la oposición es irse al mazo y algunos del llamado oficialismo creen que tiempos mejores estarían por llegar para la economía nacional, el costo a la democracia no les interesa y que pague el pueblo más postergado brasilero, no importa.
¿No querrán invitarnos a todos “a tanta mierda” verdad?
Hoy muchas y muchos uruguayos no saben que en este país, como ahora, en un tiempo, aseguraban, que lo que ocurría en toda América Latina, cuando ardía y los golpes de estado, los crímenes y asesinatos políticos iban desde el Rio Bravo hasta la Patagonia, como lo más común en la viña del señor, aquí no pasaría.
También hoy como ayer se esfuerzan en mirar para el costado y casi con alegría gozan con chiche ajeno con lo que ocurre en Brasil, decían y dicen.
Acá eso nunca pasará.
Lo que ocurre en CentroAmérica, en Brasil y Paraguay o en la cochinchina es problema de ellos
Ayer no era casual, las clases dominantes antes se repartían el gobierno y el poder junto al conjunto del aparato del estado como cosa propia, hoy no es igual pero el peligro está demostrado que no desapareció, la perra está en celo nuevamente (R.A.)
Así le fue al Uruguay y a la mayoría de los uruguayos.
El ferrocarril paró en la estación Carnelli, parodiando un dicho conocido y se quedó más de 10 años intentando demoler la resistencia de las masas y la solidaridad internacional y desmontar gran parte del aparato productivo y las empresas públicas, el sistema de protección social de vieja data e instrumentando el advenimiento del Neoliberalismo.
Hoy la joven democracia en Brasil nos necesita.
Los millones que votaron de buena fe por Dilma, nos necesitan.
Los que votaron en contra de Dilma también nos necesitan, porque quienes no la votaron lo hicieron legítimamente y aceptaron el resultado.
Nos necesitan para que caigan más temprano que tarde los golpistas y Brasil recupere su legalidad.
Las cuadrillas de mafiosos, blancos, de raíz esclavista y negrera, aventureros, mercenario de la fe, narcotraficantes, explotadoras, corruptas son enemigas de la justicia, la igualdad y la libertad.
Hijos bastardos del imperialismo y del anciano régimen que se niega a desaparecer a cualquier costo.
Nadie podrá hacer más por sí mismo que el propio pueblo brasilero.
Nosotros, este puñadito de pueblo uruguayo, debemos estar pronto y seguros de que no escatimaremos ningún esfuerzo humano ni material en ofrecer nuestra solidaridad con creatividad, inteligencia y audacia.
Y allí en cualquier parte del mundo donde se encuentre un uruguayo, que se alce una voz y un puesto de lucha y solidaridad contra los golpistas, por la democracia y con esa mujer valiente que no precisamos que nadie nos relate su biografía.
Una antigua amiga que sigue viviendo en un lugar de Europa, la zona menos conflictiva socialmente, retrucó a algo que escribí por ahí, con una larga argumentación, casi en tono de reproche, por mi insistencia, acerca de la trascendencia que le doy al papel negativo en la construcción de nuestras democracias por las injerencias y saboteos, casi siempre agresiones y conspiraciones del imperialismo en toda América Latina desde siempre.
Sólo me queda argumentar que en el único lugar que nunca habrá golpe de estado es en EEUU porque no hay embajada de los EEUU.
Nosotros tuvimos nuestro presidente legítimo, que dio un golpe de estado un 27 de junio, que después de la huelga general de la CNT devino en dictadura cívico militar fascista.
Aunque aún hoy se siga negando por algunos, igual que se esconden a los desaparecidos y asesinados, otros insisten en olvido y perdón sin juicios sin castigos.
Ahora sabemos que no fuimos nunca la Suiza de América y que también fuimos víctimas de los planes del imperialismo y las clases dominantes y de nuestros propios errores.
Somos más sabios y comprendemos a tiempo los riesgos que corre el continente con el desplazamiento compulsivo antidemocrático de los presidentes electos y ya son varios en esta década.
Este golpe en Brasil es el más temerario y el más audaz de alta provocación a las masas democráticas y movimientos latinoamericanos, una provocación a la legalidad y a la estabilidad del continente, y una reafirmación con todos los componentes de la impunidad absoluta, de facciosos que acechan en todo el continente.
Brasil nos necesita.
La democracia nos necesita.
Dilma nos necesita.
La paz de América Latina nos necesita.
La seguridad de los uruguayos nos necesita.
Es tiempo de lucha y solidaridad en este nuestro lugar en el mundo.
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